Detrás de Varsovia se esconde la tragedia. Porque la capital de Polonia fue quizá la ciudad europea que más sufrió las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, siendo destruida por los numerosos bombardeos además de sufrir fuertemente los estragos del nazismo en la importante comunidad judía que por entonces residía allí.
A lo largo de los años la ciudad fue recuperándose de su historia luego de una extensa reconstrucción y así es como en la actualidad en Varsovia conviven el pasado y el presente, algo que se puede percibir a simple vista al observar la arquitectura de la ciudad. Los clásicos edificios de época conviven con numerosos barrios cubiertos de edificios grises, todos idénticos. Y en los últimos años se han asomado un conjunto de construcciones modernas que eclipsan aún más un paisaje de por sí diverso.
Desde su apertura política, Varsovia ha cambiado. Basta ver las calles para comprobar los aires renovadores en materia económica aunque siempre hay algunos paseos clásicos que merecen la atención. Entre ellos están la Plaza del Casco Viejo, el centro histórico de la ciudad –llamado Stare Miaste-, los paseos por la orilla del río Visla o el Parque Lazienki, que fue la antigua residencia de verano de los reyes polacos.
La ciudad también invita a la cultura con sus Museo del Alzamiento de Varsovia, el Museo Nacional o el Museo del Ejército Polaco, entre otros.
A lo largo de los años la ciudad fue recuperándose de su historia luego de una extensa reconstrucción y así es como en la actualidad en Varsovia conviven el pasado y el presente, algo que se puede percibir a simple vista al observar la arquitectura de la ciudad. Los clásicos edificios de época conviven con numerosos barrios cubiertos de edificios grises, todos idénticos. Y en los últimos años se han asomado un conjunto de construcciones modernas que eclipsan aún más un paisaje de por sí diverso.
Desde su apertura política, Varsovia ha cambiado. Basta ver las calles para comprobar los aires renovadores en materia económica aunque siempre hay algunos paseos clásicos que merecen la atención. Entre ellos están la Plaza del Casco Viejo, el centro histórico de la ciudad –llamado Stare Miaste-, los paseos por la orilla del río Visla o el Parque Lazienki, que fue la antigua residencia de verano de los reyes polacos.
La ciudad también invita a la cultura con sus Museo del Alzamiento de Varsovia, el Museo Nacional o el Museo del Ejército Polaco, entre otros.
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