duminică, 3 iulie 2011

Mónaco, el glamour y la velocidad

El estado de Mónaco, en la Costa Azul es sinónimo de lujo y glamour. Se trata del segundo estado más pequeño del mundo y uno de los que tiene mayor densidad de población. Pequeño no significa poco atractivo, al contrario, porque en Mónaco hay mucho que ver.
Montecarlo, la capital del país, es también conocida como “La Roca”, ya que se encuentra edificado literalmente sobre una. La parte más antigua posee bellos ejemplos de arquitectura medieval que podemos admirar en un paseo por sus calles, todas peatonales. Allí se ubica el Palacio del Príncipe, que se puede visitar con un guía. Aquí residen los Grimaldi, una de las casas reales más prestigiosas y mediáticas del mundo. En el patio frente al Palacio se hace el cambio de guardia de los carabinieros cada día a las 11:55.
La Catedral de Mónaco, de estilo romano-bizantino, se encuentra solo a dos pasos, junto al Museo Oceanográfico. Todo este pequeño pero coqueto barrio antiguo está repleto de tiendas de souvenirs y restaurantes no precisamente baratos.
Después de Montecarlo, La Condamine es el segundo distrito más antiguo. Los edificios y villas parecen amontonarse unos sobre otros en las faldas de las corniches. Como falta suelo urbanizable los edificios aquí han crecido hacia arriba. En las calles, coches caros aparcados frenta a tiendas exclusivas, y en su pequeño puerto, yates y cruceros lujosos. Este es el paisaje de La Condamine. Además, se encuentra aquí un mercado de productos artesanales y el centro comercial Rue Princesse-Caroline.
La gran visita en Mónaco, incluso por encima del Palacio de los Príncipes, es el Grand Casino, es el más famoso y rico de Mónaco, frecuentado por famosos y millonarios de todo el mundo, y escenario de no pocas películas. Cualquier apuede entrar aquí para codearse con las estrellas y probar suerte en la ruleta o el black jack. Eso sí, la apuesta mínima es de 30 €. Pero si no eres amante de los juegos de azar también puedes simplemente pagar la entrada y darte un paseo para empaparte del ambiente.
El nombre de Mónaco va también muy ligado a un evento deportivo que atrae cada año a miles de aficionados: el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, que se corre sobre un circuito urbano conformado por las principales calles de la ciudad. Según los entendidos no es el trazado más competitivo pero sí el más emocionante ya que los espectadores están muy cerca de los coches. Algunos llegan a pagar cientos de miles de euros por el alquiler de una terraza con buenas vistas a la carrera.


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