Para volar en una isla en el Océano Índico hay que tener un buen motivo. Muchos dirán que el arrecife de coral que rodea la Isla Mauricio, al este de Madagascar, sus bahías y sus opulentos hoteles son suficientes; pero quienes se contentan con eso pierden de vista el encanto de sus pueblos de pescadores, la diversidad de su población.
Por encima del mar, la Isla Mauricio se aparece como un vergel bordeado por un listón color turquesa. Al aterrizar, el calor húmedo, y una música de viento y mar lo envuelven todo, como si el pedazo de tierra que uno se dispone a descubrir tuviese vida propia. Situado en el Océano Índico, 800 kilómetros al este de Madagascar, Mauricio es un país de 2040 kilómetros cuadrados y 1.3 millones de habitantes donde las plantaciones de caña de azúcar y té se extienden en medio de verdes montañas de extrañas formas, a su vez rodeadas por playas de arena blanca y un arrecife de coral.
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